Entre frases mordaces, letanías vulgares, figuras clandestinas en movimiento, elixires etílicos, cabaret, prostíbulos y demás escondrijos se gesta el tango a orillas del Plata.
Y Tinta Roja un tango de vieja data (1941), titula al reciente trabajo musical de Andrés Calamaro, tango de principio a fin, un recorrido en tren por diez estaciones, diez de las canciones mas populares en el tango, todas ya despojadas de toda esa procacidad que caracterizaba el origen de este arte.
Esta selección de temas representa el imaginario musical colectivo de muchas generaciones que han tenido como primer acercamiento a la música un encuentro cálido con el tango, Calamaro no escapa a esta atmósfera y se ha envuelto en ella. La intensidad de las melodías, donde reinan la melancolía, el desamor, la perdida y los dolores que lo secundan, son elementos presentes en estas canciones: Por una Cabeza, Como dos extraños, son muestra de ello.
Y así bebiendo de la fuente primaria, Calamaro reinventa, canta las canciones de siempre, imprimiendo su inconfundible sello. Desnudo este hombre del rock, da un giro y presta su voz, esa voz ebria, quebrada y dolorosa, de fondo se trasluce el sonido del piano, el saxo, la armónica, la guitarra y la participación especial de Juanjo Domínguez, el toque flamenco de Montse Cortes, el Niño Josele y Javier Limón como productor.
Dando como resultado, la conjunción de la tradición y la visión singular de un
intérprete pasional e intenso, tan intenso como el tango. Todo cabe una copa de tinta roja, tinta sangre.
Dando como resultado, la conjunción de la tradición y la visión singular de un
intérprete pasional e intenso, tan intenso como el tango. Todo cabe una copa de tinta roja, tinta sangre.